Es tiempo de vendimia, y se nota la alegría en nuestro campo. Ese agradable olor que desprenden las uvas en su recolección y el alboroto de las cuadrillas que llama la atención de nuestros oídos con sus canticos y risas, pero, es un tiempo sin duda peligroso en nuestras carreteras.
En esta época, las carreteras están saturadas de vehículos especiales, que a su lento transitar, se mezclan con los siempre apresurados coches y camiones en ruta. Y además se une, que como el buen tiempo alarga en este verano que parece no querer acabar, cantidad de ciclistas que aprovechan para disfrutar también de las rutas por las zonas de viñedos.
Así que ármese de paciencia amigo conductor, que todos somos compañeros de viaje en la carretera, que es tan peligrosa como nosotros mismos la hagamos.
Cuando vea un transporte especial, como por ejemplo un tractor con su remolque, no piense que es como otro coche más, pero, más lento, sino un vehículo especial, y eso quiere decir que si va despacio y con luces destellantes, es por algo: para que lo veamos y nos dé tiempo a actuar en consecuencia.
Si vas a adelantar a algún transporte especial, no cuentes con que ha advertido tu presencia, porque seguramente no pueda verte hasta que no lo hayas rebasado. Al iniciar la maniobra, usa el claxon sin dudar, que no lo tomara como una reprimenda, al revés, lo agradecerá. De igual manera no confíes ciegamente en sus indicadores luminosos, porque es probable que no funcionen correctamente, ya que estos días son de trabajo apresurado, y sin tiempo para las correctas revisiones de los vehículos. Así que intente anticipar que el vehículo en cuestión pueda frenar o girar para entrar en una bodega o viñedo sin que la maniobra haya sido correctamente señalizada.
De igual manera les ocurre al resto de vehículos y maquinaria que trabajan por el campo en estos frenéticos días.
En Grúas Yuguero, con nuestra larga experiencia en transportes especiales por carretera, somos especialmente sensibles con esta problemática, pues nosotros nos enfrentamos a ella todo el año. Y ayudamos a reducirla con nuestras góndolas, trasportando las pesadas y lentas vendimiadoras. Evitando el peligro que suponen en carretera, y optimizando aún más su rendimiento, en estas apresuradas fechas. Pues se reduce el tiempo perdido en moverse de un viñedo al siguiente.
Así que en estos días, cuando veas frenado tu camino, piensa que ganar unos minutos no vale más que perder una vida. Tómalo como la oportunidad de ir despacio y disfrutar de los bellos paisajes que nos regalan estos días.